Esa imagen que realizó este insigne escultor salmantino, no era tal y como ahora podemos apreciarla en la Iglesia de San Esteban.
Hasta hace relativamente poco tiempo, Jesús de la Pasión era una imagen de las llamadas de "candelero", un bastidor hacía de cuerpo, bastidor que quedaba oculto tras los ropajes del cristo.
Así, solamente eran talla el busto y las manos.
Es a principios del año 2000, cuando la Junta de Gobierno, apoyada por el Cabildo de la Hermandad, decide someter a la imagen a una restauración y a sustituir el candelero por un cuerpo anatomizado.
El trabajo se le encarga al escultor/restaurador Don Javier Roan, quien dota a nuestro Jesús de la Pasión de un cuerpo "real", en el que se aprecian músculos, tendones y las marcas de las heridas sufridas por Nuestro Señor.
Además, dentro del seno de la Hermandad, varios hermanos trabajaron en la realización de una nueva cruz, de mayores dimensiones para que coincidiera con el nuevo tamaño de la talla.
En aquella Madrugada de 2001, pudimos ver por primera vez a Jesús de la Pasión tal y como le vemos ahora, viendo que anda, viendo sus pies y viendo su mirada que dirige a todo aquel que le ve pasar.
(Fotografías Javier Roan, Emiliano Cruz y Villalba)
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