Desde que yo era muy niño has estado junto a mí, y guiado de tu mano aprendí a decir Sí.
Al calor de la ESPERANZA nunca se enfrió mi fe, y en la noche más oscura fuiste luz.
No me dejes Madre Mía, ven conmigo a caminar, quiero compartir mi vida y crear fraternidad.
Muchas cosas en nosotros son el fruto de tu amor, la plegaria más sencilla rezaré:
AVE MARÍA
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