El Señor dejaba su habitual color blanco para cambiarlo por el burdeos con bordados en oro. Una decoración simple del paso, iluminando a la imagen con dos cirios morados que poco duraron encendidos debido a las inclemencias del tiempo.
A continuación dejamos unas fotografías de aquella noche.
Desde aquí, agradecer de nuevo a José Luis Tabarés por colaborar con sus fotografias
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