A todos se nos llena la boca al decir que debemos recuperar tradiciones, lo perdido, estampas del pasado y gritamos a los cuatro vientos que estaría bien que recuperáramos la procesión de Jesús de la Promesa que hasta los años 70 era la protagonista de cada Lunes Santo.
"Estaría bien que recuperáramos"... esa forma verbal más bien a la hora de la verdad habría que cambiarla a "estaría bien que recuperarais..." porque aquí queremos que todo nos lo den hecho, sin aportar minimamente ni nuestra presencia.
Lo de querer volver a darle vida la filial de la Hermandad Dominicana viene desde la Junta de Gobierno de Manuel Toral, continuando con la de José Fernando Iglesias, siguiendo con las gestoras y terminando ayer por la de Delfino Gómez. Se nota que se da un paso a abrir ese camino, esa puerta que nos falta por abrir, pero parece que la puerta solo está entreabierta o casi cerrada.
Un acto que debería contar con el apoyo de los hermanos al que solo asiste un mínimo porcentaje, un acto en el que no son necesarias las acreditaciones para los fotógrafos puesto que no es demandado, tampoco costará encontrar un sitio para grabarlo. Aquí no hay pasos, tampoco bandas, ni capirotes, no hay regueros de cera, y eso parece ser que no genera noticia.
La excusa de otros años es el día y la hora, coincide con una procesión, hay que entender que tenemos ganas de ver pasos en la calle, pero aún y cuando se sabe que no habrá procesiones en la calle, la respuesta es la misma. Ah bueno, pero tenemos otra excusa: el mal tiempo.
Ojalá encontráramos una excusa para poder acercarnos a acompañar este acto y el día de mañana pudiéramos disfrutar de la recuperación total de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Promesa.
El que algo quiere, algo le cuesta.
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