Ha llegado septiembre, y con él, la vuelta al cole... cuando todo vuelve a una "normalidad".
Una normalidad extraña pues llevamos 2 años sin normalidad, y en la vida interna de la Hermandad Dominicana algún año más.
Llega septiembre, Festividad de Nuestra Señora de los Dolores, comienzo de todo, de dejar aparcados los días de verano que hemos disfrutado cada uno a nuestra manera, con clases, trabajos y diferentes ocupaciones.
Pero a veces parece que estemos dormidos, como si la Hermandad solo existiera el Viernes Santo. Parece como si desde Semana Santa se la hubiera tragado la tierra. Tampoco ayuda que no haya una Junta de Gobierno, que no se comunique nada o que no podamos reunirnos en cabildos para poder expresar nuestros deseos o dudas.
¿La culpa de esta situación? De nadie y de todos a la vez. La situación del coronavirus ha hecho reducir cultos, prohibir procesiones, acotar actos... y no tener procesiones durante 2 años. Parece mentira, pero todo esto hace que algunos nos "olvidemos" un poco de la hermandad.
¿La solución? en manos de todos. Conocemos la situación de nuestra Hermandad durante los últimos años, hagamos que a partir de ahora, entre todos, esa situación mejore, que volvamos a ser lo que siempre hemos sido, que cada problema se convierta en un aprendizaje y que en definitiva recuperemos esa ilusión por ser hermanos de la HERMANDAD DOMINICANA
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