Madrugada de 1977.
La "procesión de las 5 de la mañana" comienza su desfile como de costumbre desde el Convento de los Dominicos con la expectación que suscita como de costumbre.
Nuestro Padre Jesús de la Pasión hace su aparición en un paso más sencillo, anterior al actual pero ya con los faroles actuales. El Señor se presenta como de costumbre con túnica blanca bordada en oro.
Poco después haría su salida el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, del que no disponemos de fotografías de ese momento. La imagen iría sobre su paso de madera, lo que ahora es la canastilla del actual, y posiblemente alumbrado por cuatro faroles del plata que hoy en día son los que acompañan a la Cruz de Guía.
Cuando el desfile llega a la Catedral, algunas gotas hacen mirar al cielo, pero se decide continuar.
En este momento sale Nuestra Señora de la Piedad, de la que tampoco disponemos de fotografías del momento. La Virgen de la Piedad iría sobre su paso de madera, alumbrada por 4 faroles de metal dorado y cargada de forma exterior.
Cuando la procesión llega a la Plaza Mayor, la lluvia comienza a caer con fuerza viéndose obligados a parar y tapar con plásticos a las imágenes. La procesión queda suspendida, la Piedad desanda el camino recién hecho y el resto de imágenes vuelven a San Esteban.
Como curiosidad, ese año no paró de llover hasta la noche, suspendiéndose la Procesión del traslado del Sepulcro, el Acto del Descendimiento y la Procesión General del Santo Entierro.
*Información y fotografías extraídas del grupo "Historias de Devoción" publicado por José Manuel Casado
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